Las tensiones entre ambas administraciones no cesan. A los embates públicos del gobernador, se sumaron los de Gollián y Berni. La ciudad elige por ahora el silencio. Pero manda emisarios al Presidente pidiendo que interceda.
El alcalde porteño Horacio Rodriguez Larreta y el Gobernador Kicillof habían sellado una tregua hace exactamente una semana, después de algunos embates del elenco bonaerense hacia la gestión porteña. Sin embargo ante la oleada de errores no forzados por parte del oficialismo de la ciudad, las críticas no tardaron en llegar.
El aumento exponencial de casos de covid-19, la liberación de los runners y los paseos de niños en cuarentena son algunas de las barreras que separan a ambos gobernadores. Sin embargo, un secreto a voces se resguarda en el relacionamiento de ambos y tiene que ver con la sigilosa mirada y el control de Máximo Kirchner como comisario de la relación entre ambos. Si bien el hijo de Cristina Kirchner había dicho públicamente que el alcalde cuenta con la cámpora para aguantar la presión, lo cierto es que no fue un mensaje de apoyo, más bien, fue el inicio de una cataratas de criticas peronistas/kirchneristas hacia la gestión de la ciudad, guionada desde el instituto patria.
Larreta habría pedido a sus colaboradores que mantienen lazos con Alberto Fernández que interceda para evitar una escalada mayor.
A tal punto es la embestida que el gobierno de Kicillof existe un fuerte malhumor, que fue escalando con el correr de las horas. Se sabe que Kicillof mantuvo contactos telefónicos con Horacio Rodríguez Larreta. Sin embargo de allí sólo habría surgido un compromiso por parte del alcalde porteño para evitar la aglomeración de personas. Larreta habría pedido a sus colaboradores que mantienen lazos con Alberto Fernández que interceda para evitar una escalada mayor.
Sin embargo, en las últimas horas, el jefe de Gabinete bonaerense, Carlos Bianco, no esquivó las críticas hacia la ciudad: cuando veía esa multitud, corriendo en Palermo, me agarré la cabeza, llegó a señalar a un medio oficialista.
Las salidas en distintos medios de Berni y de Gollián criticando duramente a la ciudad evidencian roces que parecen haber llegado a tensiones al máximo la relación. Cabe destacar que probablemente se trate de los ministros con más contacto con Cristina, los que responden al mandato de desgastar a Larreta. Es decir que no es azar, sino más bien que existe un plan.
