Alberto Fernández percibe la fatiga social y la inactividad del sistema productivo. En ese sentido, 20 actividades esperan empezar a producir después del 10 de mayo, fecha de finalización de la cuarta etapa de la cuarentena.
La cuarentena seguirá en la Ciudad de Buenos Aires, el Conurbano Bonaerense y en las grandes ciudades del país. La metodología de aislamiento deberá ser diferente, no sólo por la paralización de la producción, sino también por la necesidad de revertir el cansancio social que genera esta pandemia. El informe presentado por la Unión Industrial Argentina (UIA), con base en consulta a 1.329 empresas, revela estadísticas absolutamente desalentadora. El 71% de las empresas registra caída en las ventas superiores al 60%. Sólo el 2% no tuvo caída en ventas.
En las calles de las ciudades se puede ver un incremento sustancial en la cantidad de automóviles y personas circulando, independientemente de tener permisos o razones valederas, la gente necesitó salir a refrescarse dejando de lado de manera temporaria el encierro.
Con estas dos razones principalmente, el Presidente tiene que tomar desiciones y abrir la negociación con los gobernadores, que en la etapa anterior de la cuarentena dieron marcha atrás en permitir a sus ciudadanos salir a la calle durante una hora y hasta quinientos metros de su domicilio. Fueron nueve las provincias que no adhirieron a esa medida, entre ellas, la Ciudad de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fé. El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, acumula los pedidos de los gobernadores y del jefe de Gobierno porteño, recibió en su despacho de Casa Rosada al ministro de Salud, Ginés González García, y a Vilma Ibarra, secretaria Legal y Técnica coordinando los detalles para que presidente hago los nuevos anuncios.
En este contexto mundial, la Argentina estaría en una situación que la beneficia, respecto de la cantidad de infectados y del crecimiento de la famosa curva. El sistema de terapia intensiva por casos de coronavirus tiene ahora una ocupación que no llega al 3% evitando de esta manera el riesgo de colapso sanitario.
Fernández y su equipo tienen redactado un protocolo que permite flexibilizar por lo menos 20 actividades. Esta nueva etapa también contemplaría alguna licencia para que la gente pueda salir a la calle. La cuarentena, la economía y la negociación con los bonistas fueron hablados con la vicepresidente, Cristina Fernández, en la reunión que mantuvieron por más de dos horas en la Quinta de Olivos.
